viernes, 18 de diciembre de 2015

Instante


Llega el invierno, soleado y tranquilo.
Momento de retiro, de distancia, de terminar de soltar. 
Al igual que los árboles las hojas.
Momento de dejarse en paz.


domingo, 6 de diciembre de 2015

El refugio




   El mundo vegetal es una realidad que me fascina. 

   La comunicación con el árbol nunca puede ser desde el pensar. Simplemente porque el árbol no piensa. 




   Nos imaginamos que el vegetal tiene una forma de sentir, pues vemos como su forma cambia con el tiempo, según las estaciones, el agua o los nutrientes que recibe y el trato que recibe de su entorno.

  Uno no abraza al árbol como lo haría a una persona. 

 Sin embargo, al detener un rato el pensamiento pueden aparecer sensaciones en nuestro cuerpo. En nuestro ser.

  A mi me requiere una enorme atención en el ahora, observando, como en un ejercicio de concentración, cuantas deseos o rechazos pasan por mi mente.

  Y la planta puede ser un maravilloso compañero de la atención, siempre que desechemos las fantasías, las imaginaciones, las perturbaciones al contacto real y único.

   Finalmente, estamos hechos de la misma materia que la planta.


  Y este inmenso y centenario plátano (en México papalo) de los jardines de Aranjuez me llevó a esta sensación de contacto con este ser vivo que fluye de la profundidad de la tierra hacia el cielo. Que busca la luz. Que se nutre de la tierra. Que respira el mismo aire que el humano.


  Todo lo que habita la Tierra es terreno.

 Compañeros somo todos de un tiempo y de un espacio.